El puente fue construido junto con carretera de Bustarviejo/Miraflores de 1908 en un espacio natural de gran belleza de la Sierra Norte de Madrid el cual forma parte de una red de senderos muy frecuentados por senderistas y cicloturistas.
Antes de iniciar las obras, el puente se encontraba en condiciones lamentables de abandono. Con el paso de tiempo su estructura había quedado prácticamente sepultada en su totalidad por los sedimentos del arroyo que encauza sus aguas.
El proyecto se inició con una primera fase de restauración de su mampostería, sillería de granito y la consolidación de sus tajamares y bóvedas tabicadas. Para esto se necesitó recuperar determinadas piezas del pretil que estaban perdidas entre los sedimentos para volver a la configuración inicial de tipología de sillería granítica propia de la mitad del S.XIX en España.
Antes de comenzar las obras, se necesitó realizar una importante excavación en el cauce del arroyo que, en una segunda fase, necesitó re-configurar de los taludes de las riberas del arroyo Para ello hubo que poner en marcha el acondicionamiento ambiental de su entorno próximo, a través de la construcción de un dique con el objeto de contener el avance de los sedimentos.
Esta situación nos llevó a considerar la relación del puente con su contexto, revalorizando el monumento como una pieza clave de un entorno natural con indudables potenciales para el eco-turismo. Con este objetivo, planteamos la creación de dos espacios de estancia desde los que contemplar el puente y el paisaje circundante, uno junto al camino y otro junto al arroyo que, con el sendero de acceso, debía permitir además la integración del nuevo dique de piedra en la actuación paisajística.
La solución arquitectónica consistió en insertar en el lugar una serie de elementos que, que por su simplicidad y rapidez de montaje permitieran reducir costes al mínimo. Constructivamente todos los elementos responden a un mismo sistema realizado casi exclusivamente con eco-traviesas de madera. Por economía de medios, y de tiempo, las variantes posibles del sistema se basan en las distintas posiciones de las propias piezas, colocadas unas veces de canto y otras de costado; apiladas o contrapeadas.
Por último se hizo un estudio de la vegetación propia del entorno para volver a plantar especies autóctonas de la zona que poco a poco en su crecimiento acompañan a la actuación.
La restauración del Puente de Piedra en Bustarviejo, y los trabajos de acondicionamiento ambiental de su entorno, estaban incluidos en el Plan de Puentes de la Comunidad de Madrid, promovidos por la Dirección General de Patrimonio y la Confederación Hidrográfica Tajo-Segura La obra ha sido realizada en dos etapas, entre el julio de 2013 y Noviembre de 2014.

Proyecto en colaboración con el arquitecto David Sánchez Bellido
Supervisión técnica. Comunidad de Madrid: Concha Alcalde. Arquitecta y Carmen Anegón Arquitecta técnica.

Constructora: Freyssinet. Carlos García (Jefe de Obra)

Fotografía: David Sánchez Bellido
Arquitecto técnico Raúl Salazar
Seguimiento arqueológico: Juan José Cano, Reno Arqueólogos
Publicación en la revista de paisajismo Landuum
Obra seleccionada para el catálogo AADIPA premio europeo de Patrimonio Arquitectónico.
Año: 2016